¿Por qué somos Jóvenes Daniel's?
- Jessica Jimenez
- 16 may 2015
- 2 Min. de lectura
De pequeños, todos deseábamos ser o parecernos a alguien. Teníamos ese personaje de historietas que nos inspiraba a ser como ellos, hablar como ellos, vestirnos como ellos y hasta presumir los poderes que tenían y que lamentablemente nunca pudimos manifestar (si alguna vez creíste que podías volar, sabes de lo que te hablo)... y poco a poco cuando fuimos creciendo, nos dimos cuenta de la realidad y de lo que el mundo es.
Muchos contarán historias inspiradoras de por qué puso tal nombre a su mascota, a un peluche o a una empresa. Nosotros te contamos qué nos inspiró a ser llamados Ministerio Jóvenes Daniel's.
¿Quién es Daniel?
La biblia dedica todo un libro de 12 capítulos a un profeta llamado Daniel.
Daniel era uno de los príncipes de Judá, la ciudad escogida por Dios que fue cautiva por Nabucodonosor, rey de Babilonia, en palabras más sencillas, Judá fue conquistada por Babilonia y todos sus habitantes fueron tomados por esclavos o siervos del rey Nabucodonosor.
Daniel era apenas un joven, como tú y como yo (suponiendo que tu edad diga lo contrario, si te sientes joven, ríes como joven y tu espíritu está joven, no te preocupes, también te incluye a ti) quien temía a Dios y solo quería agradarle.
Veámoslo de esta manera, Daniel es un cuerpo sano, y Babilonia es el virus agradable que ofrece la música de moda, las fiestas del momento, pereza, pasividad, es el virus que quiere alejarte del Padre, y ese virus quiere infectar el cuerpo, que mata lentamente el corazón. Daniel sabía lo cómodo que podía ser ese virus, pero él tomó una decisión trascendental que marcó y determinó su futuro, su vida y lo que sería de ahí en adelante.
Esto lo vemos en el libro de Daniel 1:8 que dice "y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey ni con el vino que él bebía, pidió, por tanto, al jefe de los eunucos que no se le obligase a contaminarse". La comida y el vino, representan el sistema de este mundo, cosas que no le agradan a Jesús y que nos alejan de Su presencia. Daniel fue determinante y se mantuvo firme en sus creencias, convicciones y amor a Dios. ¡Así queremos ser!
De esta forma, fuimos inspirados por este joven que nos ha enseñado que estamos en el mundo, pero no pertenecemos al mundo. Deseamos que como él, también tú seas determinante diciéndole Sí a Jesús, Sí al Reino y Sí a su inmenso amor.


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